La infancia en el pueblo le ha marcado mucho a Kepa. Ya desde pequeños a Gorka y a él les molaba el rollo de coleccionar cicatrices.
Han pasado los años y el chavalote se ha ido a ver a una amiga que le ha hecho unas cortes en la base del cuello a base de incidir varias veces con un bisturí hasta conseguir la profundidad necesaria y que posteriormente hay que limpiar para evitar que la herida se cierre sin dejar la tan ansiada cicatriz.
Sagrario le está limpiando la herida a base de vaselina y azúcar, proceso que debe repetir durante unos tres dias, tres veces cada jornada. Posteriormente él mismo se irá retirando repetidamente las postillas para que acabe quedando una cicatriz con relieve y la pueda lucir por la playas de Benidorm y Salou.
Para gustos los colores.
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