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Nuestra kasa y las kosas ke pasan a su alrededor....
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martes, 13 de julio de 2010

SAGRARIO ES UNA CAMPEONA

Quizás parezca una tontería para mucha gente pero tras muchos años de miedo a los caballos Sagrario ha estado hoy más de una hora paseando por el monte.
Hemos ido por Txuindo y hemos cogido el camino de Eguaras para pasar por Ferraldeta. Durante el trayecto hemos ido limpiando zarzas para reabrir los caminos ya que se van cerrando poco a poco por el desuso. Incluso Sagrario se iba soltando y cortaba las ramas que molestan para la monta.
Este es el paso de Ferraldeta, una loma pedregosa que se usaba antiguamente para el transporte con mulas.
Tras más de una hora hemos llegado a Agarrea otra vez. Habrá que ver cuántas agujetas tiene Sagrario pero según dicen se quitan haciendo más de lo mismo.

DETALLES TRAS LA OBRA

Ahora queda el trabajo de dejar todo lo más fino posible y dedicarse a los detalles y el bricolage rústico.
En la parte sur, en la salida de la casa hemos hecho una rampa de tierra delimitada por unas vigas (antigua escalera de la casa partida por la mitad) en la que hemos colocado unas piedras planas que han ido apareciendo pero que no eran de la era. A ambos lados en otoño plantaremos sendos ciruelos que en un futuro darán sombra además de frutos.
En la parte de la izquierda va enterrada la cañería que llega hasta el bebedero de los caballos. Cuando no llueva, para poder llenarles cómodamente, he hecho un empalme y he dejado un tubo a la vista donde entra perfectamente la manguera.
La yerbabuena la salvamos y la hemos delimitado con piedras blancas que han sobrado de la era. El borde lo hemos llenado de gravilla para protegerla de otras malas hierbas y porque nos parece que queda muy chulo.
Estas son unas de las hoyas que hemos hecho para plantar árboles. Paralelas al cercado irán 6 frutales: ciruelos, manzanos y perales. En la parte norte, lindando con el camino e insertados en el seto irán 4 árboles, seguramente arces y fresnos.
Aparte de los ya nombrados ciruelos del sur en la esquina sudeste de la casa irá otro ciruelo y en esa diagonal apartada unos cinco metros de la casa pondremos un nogal que esperemos se convierta con los años en un emblema del lugar.
El camino tras llenarlo de distintos materiales ha quedado así. Todavía no hemos hechado simiente porque habría que regar todos los días y ya habrá tiempo para que salga la hierba de manera natural en otoño.
Eduardo y Conchita nos han aconsejado un cesped deportivo con una mezcla de trébol blanco que va a cubrir mucho el terreno. Ellos a su vez han sido aconsejados por el jardinero de Noáin. De momento el terreno muestra la aridez del verano.
Eduardo y yo hemos llegado a un apaño y me ha cedido unas sillas para Sol y Petra. Para ensillarlos pensamos en estos postes donde atarlos y en este sistema para poner la silla mientras se está preparando el caballo.

Y lo que queda sobre todo es allanar de manera manual y quitar muchas, muchísimas piedras pequeñas y cascotes que han salido.
No os extrañe que algún día recibáis una invitación para merendar y tomar unas cervecitas a cambio de pegarnos una batida por el terreno para quitar todo lo que se pueda. Pondremos cubos, carretillas y toda la herramienta que véis para el auzolan. Rogamos no llenéis la sección comentarios con peticiones para asistir a la merienda, sólamente se podrá acudir con invitación.


lunes, 12 de julio de 2010

EL JARDIN Y LA ERA DE AGARREA TXIKI

Llegaron las vacaciones de la ikastola y empezó el curro en el exterior de Agarrea Txiki.
Tras 8 años de trabajo sobre todo en el interior ha llegado el momento de arreglar un poco lo de fuera. A Sagrario y a mí nos apetece tener un jardín en condiciones, limpio de cascotes y agujeros, donde crezca la hierba y algún que otro árbol y donde Sara y Aimar y todos los txikis que vengan puedan jugar con más comodidad.
Ha sido un trabajo bestial: varios días levantándome a las 6 para empezar a mover piedras, tierra, coordinar todo y tener la cabeza casi exclusivamente en este proyecto.
Yo sabía que podría resultar, que las piedras de la antigua era estaban ahí y que había suficientes como para hacer algo bonito. Tambíen calculé el dinero que me podía costar esto y la verdad es que no me he confundido nada.
Contraté a Alfredo, palista del pueblo que ha venido encantado a trabajar todos estos días: almuerzo, cervecitas, cerca de casa, buen rollo...
Empezamos por limpiar todo aquello que sobraba: piedras sacadas de la obra, montones de tierra acumulada de estos años, mover de aquí para poner allá... y poco a poco hemos ganado unos metros hacia el sur.
También limpiamos la entrada al terreno pensando en un futuro cercano poner una plancha de hormigón prolongación de la ya existente y que cree un acceso más cómodo a los vehículos.
Contacté con un constructor que vendía tierra buena de relleno y traje una bañera de unas 30 toneladas de tierra de orilla de río: limpia de piedras y de una calidad extraordinaria. Visto el camión parece mucho pero una vez en el suelo y extendida la verdad es que no parece tanto.
Alfredo, palista con mucha experiencia esparció el material creando las pendientes naturales para que el agua de lluvia desagüe adecuadamente. También conté con la ayuda desinteresada de Fernando, ganadero del pueblo que prestó su tractor y remolque para facilitar el movimiento de tierras y que también estuvo moviendo piedras como un campeón hasta que sufrió un tirón bestial en el brazo y tuvo que dejar de trabajar y poner el brazo en cabestrillo varios días. Sagrario se ofreció a curarle con esas manitas que tiene y tras varias sesiones de masajes parece que lo ha dejado como nuevo. También tengo que decir que en estos días de fatiga y trabajo constante ella ha sido la que nos preparaba el almuerzo, la comida y mantenía la casa a punto porque yo la verdad es que no daba más de mí.
La parte más difícil era la de desenterrar las piedras de la antigua era. Había voces que creían que no había tantas pero yo por mis recuerdos y mis indagaciones por el terreno calculaba que había tantas como necesitaba.
La pala iba rascando: las grandes las apartaba ella y yo las medianas y pequeñas las subía a la plancha de hormigón: fue un trabajo emocionante el ir viendo cómo salían estas moles.
En varias ocasiones me han dicho que algo mejor hubiese sido pasar de ellas y enterrarlas pero siempre he dicho que para mí tienen un alto valor sentimental. Son piedras que han conocido a generaciones que han vivido aquí y que han servido para que la gente trillase su cosecha. Un tesoro que no podía ser enterrado.
Una vez estuvieron todas las piedras fuera marqué con cordel el camino que quería crear. Alfredo rascó aproximadamente 40 cms. el terreno y rellenamos 20 con todo uno, un material que nos iba a permitir encajar las piedras y nivelarlas una a una con cierta comodidad.
Primero pusimos las piedras más grandes en los bordes y luego fuimos rellenando con el resto.
Nivelarlas no fue fácil ya que algunas pesan una barbaridad, Fernando se había lesionado así que pedí ayuda y vino Txeroki. Un auténtico placer: fuerza bruta y risas.
Una vez planteadas pasó la máquina por encima para hacer el primer nivelado, todavía quedaba mover unas cuantas para calzarlas, rebajarlas, moverlas, cambiarlas... Cada piedra tuvo su momento.
La máquina, el palista y Txeroki ya acabaron y así es como quedó: la entrada de la casa un poco más ancha para los vehículos y una zona con dos postes para atar a las caballos y ensillarlos cómodamente y el resto un camino de unos 2.5 de ancho que lleva a la entrada al campo.

Martín, hermano de Fernando, nos trajo arena que había sobrado de la obra de la sociedad del pueblo y Sagrario y yo llenamos parte de los huecos entre las piedras. Habíamos reservado parte de la tierra de la bañera y con esa cubrimos hasta el nivel de las piedras. Tras remojar con mucha agua para que todo uno, piedras, arena y tierra asentase vino el trabajo de limpiar tambíen una a una con cepillo las piedras.
En la próxima entrada se verá el resultado final a expensas de que llueva, salga la hierba y estén plantados los árboles y arbustos que Eduardo con su sabiduría nos ha aconsejado dónde y cuáles poner.
Muchas gracias a mucha gente: Alfredo, Fernando, Eduardo, Martín, Txeroki, Danilo y Sagrario.
Eskerrik asko, bihotzez!